La pizzería que lo esta petando en Navarra está en un pueblo de 100 habitantes

Situada en el encantador pueblo de Larraona es un auténtico descubrimiento para aquellos que disfrutan de la buena comida. En este lugar tranquilo y apacible, donde se fusionan la tradición y la amabilidad, se encuentra El Molino, una pizzería artesanal que ha conquistado tanto a los habitantes locales como a los turistas con su dedicación a la cocina regional y sus deliciosas pizzas elaboradas con ingredientes de Navarra.

Con una amplia selección de opciones, el menú extenso de este lugar ofrece desde las clásicas Margarita o Cuatro Quesos hasta combinaciones únicas como la pizza Artea o una deliciosa pizza de crema de marisco con aguacate. Cada pizza es una verdadera obra de arte, logrando un equilibrio perfecto entre sabores y texturas que resulta en una experiencia culinaria inolvidable.

La carta del restaurante El Molino ofrece una amplia variedad de opciones para comenzar, como entrantes, ensaladas, pizzas clásicas, pizzas gourmet y postres. Entre los platos más solicitados se encuentra el delicioso provolone fundido al horno de leña con tomate, así como las irresistibles croquetas de jamón ibérico de cebo.

Larraona y su pizzería artesanal El Molino te brindan una experiencia culinaria única que fusiona la autenticidad de Navarra con la innovación gastronómica. Este lugar te invita a desconectar, apreciar la belleza de la región y saborear las delicias locales. El Molino abre exclusivamente los viernes, sábados y domingos, desde las 13:00 hasta las 17:00 horas y desde las 20:00 hasta la medianoche. Si deseas asegurarte un lugar, es fundamental hacer una reserva.

El castillo de Navarra que puedes visitar en el que vive un fantasma

Se puede visitar y conocer su historia con una visita guiada cada domingo

¿Te imaginas visitar un castillo medieval donde se dice que vive una niña a la que le cortaron los pies? No hay nada más espeluznante que eso. Y es que en Navarra hay una gran cantidad de castillos, casi tantos como los necesarios en la Edad Media para protegerse de los ataques enemigos. De norte a sur, prácticamente cada localidad tenía una fortificación defensiva. Estos castillos podrían contar la historia del Reino de Navarra en sus muros y piedras. Cada castillo tiene su propia historia particular y muchos de ellos tienen su propia leyenda, pero ninguno se compara con la del Castillo de Cortes.

Fue una de las principales fortalezas del Reino, ubicada en el punto más meridional. Entre sus muros han residido reyes de Navarra y diferentes linajes nobles. Fue construido en el siglo XII y las primeras noticias de su existencia datan del año 1128. Originalmente era un amplio rectángulo amurallado, con jardines y huertos en la parte trasera, un patio de armas en el centro, una vivienda señorial a un lado y una torre prismática coronada con almenas y matacanes en el ángulo sureste, mirando hacia la frontera con Aragón. También tenía al menos otras dos torres llamadas Torre del Homenaje y Torre Blanca, aunque se desconoce si se derrumbaron o fueron derribadas durante las reformas que se llevaron a cabo en el siglo XVI, cuando se construyó la muralla de mampostería y ladrillo que rodea la fortificación.

El aspecto actual del castillo es el resultado de la segunda gran reforma, realizada en el siglo XIX, cuando los marqueses de la Unión habitaban el castillo que poco tiempo antes había sido la residencia del marqués de Zaldívar. La protagonista de nuestra historia es Victoria, la hija del marqués.

Victoria, una pequeña traviesa

Parece ser que la niña poseía un espíritu travieso y una gran hiperactividad. Pasaba todo el día correteando de un lado a otro del castillo, recorriendo las habitaciones, subiendo a la torre y bajando a los sótanos a una velocidad impresionante. A la pequeña le encantaba esconderse en los armarios y baúles del castillo, así como colarse en los aparadores del comedor y las cocinas. Su padre se enfurecía cada vez que la veía correr de un lado a otro, especialmente cuando tenía visitas importantes.

La leyenda cuenta que el día en que cumplió once años, la niña decidió trepar hasta la cima de uno de los cedros que se encontraba en el jardín del castillo. Sus niñeras, desesperadas, no lograban hacerla bajar. Una de ellas intentó subirse al árbol amenazándola con «unos buenos azotes», lo que provocó que la niña quisiera subir aún más alto.

En aquel instante, la rama en la que la niña apoyó su pie, que se volvía más delgada a medida que subía más alto, no resistió el peso y ella cayó al suelo desde una altura de aproximadamente 10 metros, fracturándose ambos tobillos.

A pesar de los esfuerzos de la medicina de la época, no se logró curar sus lesiones y finalmente tuvieron que amputarle ambos pies, mientras ella sufría terribles dolores y emitía alaridos desgarradores. Poco tiempo después del trágico accidente, Victoria falleció en su habitación del castillo.

La leyenda del fantasma travieso

Cuenta la historia que durante la última restauración, se descubrió una lámina detrás de un mueble antiguo. En ella se encontraba el retrato de una niña con una mirada triste y un hermoso cabello ondulado. Resultó ser la hija del marqués de Zaldívar. Los marqueses de la Unión decidieron enmarcar la lámina y colgarla en una de las habitaciones principales del castillo.

A partir de ese momento, comenzaron a circular rumores y a surgir una leyenda. Al parecer, cosas extrañas comenzaron a suceder en diferentes partes del castillo. Se escuchaban risas de niña en momentos inusuales, los platos se volcaban en la cocina sin explicación, los jarrones de porcelana se rompían sin motivo aparente y los cuadros se caían de las paredes. Los más ancianos del lugar aseguran que se trata del espíritu de Victoria, quien aún habita entre los muros del castillo y se divierte haciendo sus travesuras.

Visita guiada al castillo

El Castillo de Cortes se puede visitar cada último domingo de mes en una visita guiada los últimos domingos de cada mes a las 12.00 del mediodía, aunque también es posible organizar visitas privadas.